El proyecto nace del
concurso de ideas bajo lema que desarrolló el Excmo. Ayuntamiento de Pliego en
colaboración con las Consejerías de Obras Públicas y Ordenación del Territorio
y la Consejería de Presidencia y Administraciones Públicas de la Región de Murcia.
La
zona de actuación se encuentra en la parte más elevada de la población de
Pliego constituyendo un borde urbano ya en pleno contacto con la sierra y con
los barrios altos de la ciudad.
Pliego
está situado en la falda de Sierra Espuña al amparo de los vientos y domina una
vasta extensión de fértil huerta, la ciudad se extiende sobre la falda del
monte hacia las huertas, estos dos factores serán los generadores del
crecimiento de esta población que ha debido se desarrollo en gran medida a la
agricultura, aunque en los últimos tiempos se compagine con la actividad
turística como motor de la economía local.
Como resultado tenemos
una trama urbana sinuosa y desordenada, cuya lógica se basa en su propio
soporte orográfico adaptándose a la falda de la montaña.
El emplazamiento por su
orografía y localización parece tener vocación, como se recoge en su Plan
General de Espacio Libre, de parque urbano.
La propuesta pretende
eliminar la condición de borde que en la actualidad posee el lugar. No quiere
ser limite del pueblo, ni vacío que hace que la trama urbana quede rota
eliminando la continuidad y la unión de la sierra y nuevas zonas de crecimiento
con el pueblo.
La parcela está formada
por dos vaguadas aterrazadas que proceden de la montaña, rodeando un pequeño
montículo, que parece avanzar intentando penetrar en la trama dejando un
espléndido mirador sobre el pueblo con el valle de telón de fondo.
Para integrar estas
lenguas de terreno en el pueblo se tiene como objetivo la creación de un parque
urbano de carácter rotacional, el cual pueda generar una actividad que
complemente la oferta de ocio de la localidad, así como de otras poblaciones
vecinas.
Aprovechando la dualidad
geométrica que presenta el emplazamiento se implantan de forma respetuosa y
dignificando la situación de privilegio que ocupa el enclave el programa
diferenciando entre actividades de carácter cultural y deportivo aprovechando
las terrazas naturales del estado inicial.
La climatología de la
zona se convierte en este caso en una herramienta fundamental para el éxito y
buen funcionamiento del programa, ya que muchas de las actividades a realizar
serán al aire libre, como el anfiteatro que la topografía parece casi regalar
con esas gradas formadas de forma natural mediante terrazas y de telón de fondo
el tapiz de las fértiles huertas murcianas.
Dentro de las actuaciones
que se integran en el parque se incluyen actividades deportivas y de juego para
los más pequeños de forma que la oferta pueda abarcar a las distintas franjas
de edad en un espacio de dimensiones generosas y esponjadas que conecta el
parque ya existente con la nueva propuesta uniendo ambos espacios en uno solo.
El programa se intercala
con espacios verdes a modo de jardín botánico con las especies más representativas
de la zona: desde las plantas aromáticas (lavanda, espliego, romero,
tomillo,…), hasta los arbustos de porte bajo y alto. Todas estas especies
típicas del bosque mediterráneo recrean sensaciones visuales y olfativas que
impregnan y envuelven al usuario del parque recordándonos a la sierra de la que
nace el parque siempre con la concienciación de utilizar especies que exijan un
mantenimiento y un gasto de agua limitado reduciendo el gasto de mantenimiento
del parque.
En definitiva, convertir
un espacio vacío y anodino en un lugar de ocio, relación y actividad que lo
devuelva al Pleguero y al visitante como espacio público.