19.4.12

Esperanza_dos / AL BORDE



creatividad y cooperacion











Acá la gente vive sin luz eléctrica, sin alcantarillado ni agua potable. No usan dinero, no tienen empleo ni profesión. No miden el tiempo, no usan reloj, no usan metros ni reglas. No hay propiedad privada, no hay institución. Acá la vida es simple: si tienes sueño duermes, si estas aburrido juegas. Saben cómo se pueden alimentar, curar y proteger. Desconocen los límites, las buenas costumbres y los zapatos. No necesitan dioses, leyes o másteres. Las necesidades que tienen las satisfacen de manera casi obvia: el mar y la tierra son su supermercado y con los árboles del bosque construyen sus casas.

Esta comunidad busca progresar. Pero para ellos el progreso se logra a partir del enriquecimiento personal. Un enriquecimiento que no tiene que ver con el dinero sino con el ocio, la técnica, el juego y la posibilidad de compartir. Decidimos ser parte del proyecto, entendiendo que la manera de resolver los problemas es directa, sin intermediarios. No se trata de trabajar: para hacer dinero: para contratar a alguien: que compre algo: que satisfaga mi hambre. Se trata de entender la vida, y resolver mis necesidades con los recursos que tengo: mi mente y mi cuerpo.
Con materiales de dimensiones siempre variables, con la misma herramienta con la que pescan o cultivan tierra, con mano de obra hábil y fuerte que no entiende la exactitud como centímetro, con el apoyo de voluntarios citadinos con centímetros en la cabeza pero no en las manos, y en un terreno concreto de límites difusos: estaba claro que el proyecto prescindiría de levantamientos topográficos, no necesitaba Autocad ni Neufert.

El dinero solo es un recurso más, igual que los recursos humanos o naturales. Un sistema simple de mínima complejidad, capaz de adaptarse a las impredecibles variables que guarda el terreno, la mano de obra y el material; permite que el diseño y las decisiones se discutan en obra.
En la construcción cada persona encuentra una tarea preferida y casi involuntariamente se vuelve bueno. Inicia un proceso de perfeccionamiento de la técnica que provoca especialistas en actividades particulares y optimiza procesos. Por último la transferencia de conocimiento a otra persona es lo que termina por enriquecer el equipo. Las posibilidades del sistema permiten detener el crecimiento del edificio cuando el equipo lo considere necesario.

La jornada de construcción es una semana. La meta es cimentar en colectivo un proceso lógico de construcción y entender los alcances del sistema. Conseguido esto se puede dar por terminado el trabajo cualquier momento. Dejamos que sea el tiempo el que decida hasta donde avanzaremos.
El lugar se habita pronto. Es necesario empezar con las actividades para definir, de manera clara, si alguna de ellas no tiene un lugar en lo construido o si alguna de ellas requiere adecuaciones. Los límites habitables son difusos: el almacenaje está suspendido, un niño se escurre en una esquina y la transforma, el interior y el exterior no están definidos.
Nos despedimos y al volver encontramos apropiaciones del espacio por parte de la comunidad: una nueva etapa construida, pisos de madera y nuevas paredes. Las piezas de cerámica que la gente encontraba en los alrededores, cuelgan de repisas adaptadas a las paredes inclinadas, a manera de museo que recuerda las culturas pasadas.
En la escuela Nueva Esperanza, la nave espacial, los niños aprenden a volar apoyándose en el colectivo, vuelan hacia el conocimiento abstracto: hacia otros mundos. Ahora es tiempo de que vuelen solos y hacia actividades concretas y tangibles. La nave los ha transportado hasta un punto donde ahora lo que necesitan son plataformas de despegue individual. Plataformas que les permitan despegar a cada uno hacia música, carpintería o los aviones (a Juan, un niño de la escuela, le apasionan los aviones, los ha estudiado mucho, actualmente arma modelos en balsa). Al despegar ellos se convertirán en naves que transporten su conocimiento y riqueza individual hacia su comunidad inmediata y al mundo.


12.4.12

Parque Las Cañadas / Rafael Landete, Angel González, M. Isabel Pérez, Emilio Cortés









El proyecto nace del concurso de ideas bajo lema que desarrolló el Excmo. Ayuntamiento de Pliego en colaboración con las Consejerías de Obras Públicas y Ordenación del Territorio y la Consejería de Presidencia y Administraciones Públicas de la Región de Murcia.
La zona de actuación se encuentra en la parte más elevada de la población de Pliego constituyendo un borde urbano ya en pleno contacto con la sierra y con los barrios altos de la ciudad.
Pliego está situado en la falda de Sierra Espuña al amparo de los vientos y domina una vasta extensión de fértil huerta, la ciudad se extiende sobre la falda del monte hacia las huertas, estos dos factores serán los generadores del crecimiento de esta población que ha debido se desarrollo en gran medida a la agricultura, aunque en los últimos tiempos se compagine con la actividad turística como motor de la economía local.
Como resultado tenemos una trama urbana sinuosa y desordenada, cuya lógica se basa en su propio soporte orográfico adaptándose a la falda de la montaña.
El emplazamiento por su orografía y localización parece tener vocación, como se recoge en su Plan General de Espacio Libre, de parque urbano.
La propuesta pretende eliminar la condición de borde que en la actualidad posee el lugar. No quiere ser limite del pueblo, ni vacío que hace que la trama urbana quede rota eliminando la continuidad y la unión de la sierra y nuevas zonas de crecimiento con el pueblo.
La parcela está formada por dos vaguadas aterrazadas que proceden de la montaña, rodeando un pequeño montículo, que parece avanzar intentando penetrar en la trama dejando un espléndido mirador sobre el pueblo con el valle de telón de fondo.
Para integrar estas lenguas de terreno en el pueblo se tiene como objetivo la creación de un parque urbano de carácter rotacional, el cual pueda generar una actividad que complemente la oferta de ocio de la localidad, así como de otras poblaciones vecinas.
Aprovechando la dualidad geométrica que presenta el emplazamiento se implantan de forma respetuosa y dignificando la situación de privilegio que ocupa el enclave el programa diferenciando entre actividades de carácter cultural y deportivo aprovechando las terrazas naturales del estado inicial.
La climatología de la zona se convierte en este caso en una herramienta fundamental para el éxito y buen funcionamiento del programa, ya que muchas de las actividades a realizar serán al aire libre, como el anfiteatro que la topografía parece casi regalar con esas gradas formadas de forma natural mediante terrazas y de telón de fondo el tapiz de las fértiles huertas murcianas.
Dentro de las actuaciones que se integran en el parque se incluyen actividades deportivas y de juego para los más pequeños de forma que la oferta pueda abarcar a las distintas franjas de edad en un espacio de dimensiones generosas y esponjadas que conecta el parque ya existente con la nueva propuesta uniendo ambos espacios en uno solo.
El programa se intercala con espacios verdes a modo de jardín botánico con las especies más representativas de la zona: desde las plantas aromáticas (lavanda, espliego, romero, tomillo,…), hasta los arbustos de porte bajo y alto. Todas estas especies típicas del bosque mediterráneo recrean sensaciones visuales y olfativas que impregnan y envuelven al usuario del parque recordándonos a la sierra de la que nace el parque siempre con la concienciación de utilizar especies que exijan un mantenimiento y un gasto de agua limitado reduciendo el gasto de mantenimiento del parque.
En definitiva, convertir un espacio vacío y anodino en un lugar de ocio, relación y actividad que lo devuelva al Pleguero y al visitante como espacio público.

9.4.12

Mud Structure / Architecture for Humanity Tehran – Rai Studio


sostenible - bajo presupuesto










El proyecto de estructura de barro de exploración, diseñado y construido por Arquitectura para la Humanidad Teherán (Rai Studio) + Facultad de Arquitectura de la Universidad de Razi, demuestra una especial atención al diseño humanitaria a través de metodologías de construcción sostenible y de bajo presupuesto. El taller no sólo proporcionó a los estudiantes una experiencia enriquecida académica, sino la oportunidad de llegar a una región subdesarrollada.
La vivienda prototipo consiste en una estructura de bambú, ramas de los árboles y las paredes hechas de barro. Las ramas de los árboles provenía de un número de árboles que el alcalde de Kermanshah había mandado a talar para un proyecto de tránsito. El costo de cada unidad es de $ 900 USD y el equipo tiene como objetivo construir de 10 a 20 viviendas en total. El taller de 25 días ofreció a los estudiantes la oportunidad de aprender los métodos de construcción sostenible de la tierra que complementan la arquitectura de su currículo académico en el diseño. La estructura del primer prototipo servirá como un pabellón de estudiantes de la Universidad de Razi.
Como resultado del proyecto en Kermanshah, el equipo ha sido invitado a participar en el festival de Granos D'Isère 2012 en Francia. Los equipos a construir un pueblo entero para los niños que utilizan diferentes técnicas de arquitectura de tierra. El taller, titulado "Las casas de los tres cerditos", se basa en un enfoque científico y artístico exponer a los niños a los materiales naturales de una manera que crea conciencia sobre la riqueza y diversidad de su entorno.