22.4.11

CHARLOTTE GARDEN - COPENHAGEN













Charlotte Garden es un complejo habitacional en Copenhagen, que posee diseño típico de los países noreuropeos: los blocks están dispuestos de tal forma que se origina un patio común en el centro. La solución que los arquitectos de SLA dieron al espacio les valió la nominación al premio Mies Arch en 2005, en la categoría de Paisajes: lograron convertir el espacio en un lugar disfrutado por los habitantes de los departamentos cercanos, pero que también funciona como un parque para los demás ciudadanos.
Además, el tratamiento de las especies vegetales es sencillamente sorprendente: los creadores se preocuparon de poner plantas y árboles que mantengan el jardín vivo durante todo el año.
El proyecto, finalizado en el año 2004, es un ejemplo de una solución inteligente para un espacio público libre. ¿Se imaginan algún sitio eriazo de cualquier calle de nuestras ciudades latinoamericanas tratado de esta forma? Se llenaría de personas paseando, se beneficiaría la vida de barrio y se proveería a la capital de los nunca suficientes pulmones verdes.
El jardín está construido sobre una plaza subterránea de estacionamientos, con la altura suficiente como para crear una porción de tierra que permite un buen crecimiento de las plantas. Lo interesante del espacio de Charlotte Garden es que no está tratado como un parque o plaza simple: además de contar con un diseño de espacios y de vegetación vanguardista, se creó con la lógica del jardín, ya que las plantas utilizadas florecen o viven en distintas épocas del año: así se logra un aspecto distinto en cada estación, el parque siempre tiene algún color que mostrar.
Y los residentes han ido paulatinamente utilizando más los espacios: no sólo funciona como un lugar para los habitantes de los edificios contiguos, sino que está abierto a todos los transeúntes. Además, los espacios son multifuncionales: hay vías para pasear, estacionamientos de bicicletas, rincones que permiten tomar el sol, jugar, y hasta hay espacios acondicionados como quinchos.
Los bordes de los caminos al interior del jardín están hechos con un metal de aspecto oxidado, lo que hace juego con el colorido de los arbustos y pastos, y de noche las rutas se iluminan con suaves focos rojizos.