11.12.10

A R Q U I T E C T U R A + A R Q U I T E C T O

“Conocer la naturaleza de las cosas para actuar sobre la realidad. Así empieza la arquitectura”, proponía Vincent Guallart.

El valor de la arquitectura no resulta, ya de crear formas en el espacio sino de propiciar relaciones en él. Relaciones y acciones combinadas – reacciones – en (y para) una realidad definitivamente “abierta” y no predeterminada; más cualitativas, pues cuanto más potencialmente interactivas.
En sinergia positiva con el medio

Ello alude a un cambio latente en la propia figura del arquitecto ya no formulable sólo en términos de un “diseñador de objetos”, sino en los de un “estratega de procesos”.
La mirada metodológica del oficio (basada en fórmulas, modelos y disciplinas) deja paso a una mirada táctica: la de un explorador alerta, e intencionado, capaz de sintetizar informaciones múltiples – cada vez más indeterminadas e inciertas –, en eficaces  dispositivos, tan precisos (por directos) como complejos (por implícitamente sintéticos).
Dispositivos / criterios a “reinformar”  (reestructurar con nuevas informaciones) la realidad.

Plantear una arquitectura avanzada es profundizar en esa voluntad estratégica orientada hacia una eficaz disposición y reestructuración de la ciudad, del territorio y de las redes que lo articulan, de los tejidos a lo largo de ellas generados y de los nuevos espacios relacionales en ellas infiltrados; pero también hacia la concepción de nuevas lógicas para aquellas operaciones colonizadoras que afectan el hábitat – el entorno y la tecnología – y que apelan a la reutilización y al reciclaje de las propias preexistencias y a la reflexión sobre los propios límites de fricción entre disciplinas, técnicas, conocimientos y acciones.

Si una de las mayores responsabilidades otorgadas tradicionalmente a la figura del arquitecto ha sido esa capacidad de acción sintética entre las condiciones de la realidad y una visión del mundo, es en este sentido en el que cobra especial  importancia esa idea de “reconocimiento” prospectivo sobre las nuevas definiciones de nuestro entorno, no ya como plasmación, recreación  o reproducción de la propia realidad sino como disposición reformuladora frente a ella.

“Reconocer una realidad es empezar a transformarla”
Nuestra misión principal como arquitectos sigue radicando, precisamente, en esa capacidad de articular una mediación propositiva entre las fuerzas de la producción (el poder económico, político, social, cultural …) y las condiciones de aquellos escenarios (físicos, procesales, tecnológicos, culturales…) a la que estas remiten: de ello derivaría la propia capacidad para PROYECTAR, esto es, para CONOCER, IDEAR Y PRODUCIR, para RELACIONAR (explorar, asociar, deducir, implicar…); para PROPONER (imaginar, prever, anticipar, inventar); y para FABRICAR (construir, estructurar, organizar, coordinar…)

Una mediación, pues, destinada a dotar de las estructuras productivas y culturales de cada momento de una organización espacial capaz de sintonizar con las propias “condiciones del entorno” (de lo global), y que hoy aluden a esa dimensión progresivamente hibrida y multifacética – por diversa y heterogénea – de una realidad en la que se acumulan fluctuaciones y mutaciones, capaz de realidad(es) y capaz de información(es).

Dicha situación (y la capacidad de intervención en ella) remite, pues, a las condiciones de un hipotético “campo de batalla”, como figura virtual destinada a ilustrar esa dimensión dinámica, incierta y operativa a un tiempo del proyecto contemporáneo: capaz de sintetizar momentos y situaciones diversas de reconocimiento y representación (cartografía), de táctica y relación (estrategia), de maniobra y abordaje (logística), de orden y formación (disposición), en posibles trayectorias, estructuras, esquemas y dispositivos a ellos asociados y que articularían nuevas propuestas y nuevas naturalezas (de vocación mas cualitativas) asociadas a la propia capacidad relacional de una arquitectura auténticamente resolutiva – y avanzada – por reactiva, y reactivadora.


 ...el arquitecto, un estratega de procesos 

6.12.10

HIGH LINE DE NYC


 reciclar y reactivar 











a cinco años...

Se trata de un gran espacio público a 10 metros del suelo, que recorre en toda su extensión una antigua vía de ferrocarriles en desusos que data de 1930. Este proyecto incluye la consolidación de áreas verdes, recuperación de edificios, conexión a la red de metro y a las principales vías de transporte de la ciudad.
De la mano de Diller Scofidio + de Renfro, los autores de la nueva High Line se refieren a esta intervención como un gran jardín lineal a escala de la misma infraestructura, donde la obra se basa en recrear los antiguos enlaces y líneas férreas, con grandes jardines florales y pequeñas pausas más acotadas. Por otro lado la inserción de este nuevo parque en altura, es parte del proyecto de reactivación del borde oeste de la Bahía de Manhattan.
En los años 60, por problemas económicos el tren del la High Line cerró por completo y en los años 80s el viaducto fue prácticamente cercenado tras el crecimiento de la mancha urbana y el desarrollo de nuevos barrios.
En los años 90 la empresa insigne de dicha obra vende la infraestructura al metro de la ciudad en donde al igual que décadas anteriores este vuelve a caer en desuso producto de los altos costos de mantención y operación, sin dejar de lado las externalidades negativas que el ruidoso tranvía generaba causando bajas en los precios de suelo además de fallas estructurales en las edificaciones adyacentes.
Desde ese entonces “La gran Vía” que fue en los años 30, icono del proceso de industrialización de la ciudad, se transformó en un gran elefante blanco, un no lugar dentro de la ciudad, pero sin quererlo, es un símbolo social y de identidad de quienes habitan el oeste de Manhattan.
Con el impulso de una organización ciudadana, Friends of the High Line, se logró recuperar este antigua infrestructura, evitando su demolición, transformándola en un proyecto insigne de recuperación urbana a través de un concurso de ideas en 2004, destacando el primer lugar Field Operations and Diller Scofidio + Renfro. Sin duda un excelente ejemplo de recuperación de infraestructuras en desuso, dónde se potencia el verde en pro de espacios públicos